Este Blog nace de mi necesidad de defenderme de ciertas
acusaciones.
Alguien, un tal “Peter Jackie” (sin dar su verdadero nombre y apellido ya que
no creo que se llame así) creó un blog para difamarme a mí principalmente y a
un Hospital de Día (no es una Clínica) donde trabajé tres años coordinando un
Taller Literario. Es la misma persona que durante un tiempo creó un perfil
falso en Facebook y se puso a solicitar amistad de todos mis contactos.
En el Blog se habla de mi como una persona “perversa”,
“manipuladora”, que “maltrata a los pacientes”, “les saca dinero”, “maltrata a
niños”, “ enferma” , etc..
Me encontré con este Blog porque un amigo me alertó que
cuando me googleó lo primero que aparece de mí es esta información.
Me puse a averiguar para denunciarlo y que sea borrado ya
que todo lo que dice es mentira y me perjudica; en el sentido que personas
desprevenidas y que no me conocen puedan creer que eso sea realmente cierto.
Ya que al parecer no es tan fácil borrarlo quiero
defenderme de estas acusaciones falsas contando un poco quién soy y que también
circule esta información de mí en el espacio cibernético. Así cualquier persona
(REAL) que me conozca pueda opinar y dejar su comentario si quiere.
Familiares, amigos y gente más idónea que yo en este tipo
de asuntos (el Director mismo de este Hospital de Día y otros profesionales) me
aconsejaron que no le de importancia, que es un blog “poco serio” y “la
deje pasar”, que cualquiera puede darse cuenta que está hecho sólo con la
intención de difamarme. Esperé un tiempo para decidir qué hacer. No logro
tomármelo con humor, al menos no en este momento. Pienso que estos medios de
comunicación tiene el poder de desinformar a la gente y formar opiniones
falsas.
Durante 10 años de mi vida coordiné Talleres de Expresión
en Psiquiátricos. Esta vocación nace de una mezcla entre lo que aprendí de mi
viejo, mi formación en la Facultad de
Psicología y lo terapéutico que resultó en mi vida el ARTE.
De los dichos de pacientes, personal, Psiquiatras,
Psicólogos y demás Talleristas de este Hospital de Día tanto así tanto como del
propio Director de SUMA no hay quejas hacia mi trabajo o persona en esos tres
años que desempeñé mi labor allí.
Es cierto que bailé flamenco como dice el Blog pero no
maltrato a niños, que trabajé en este lugar pero no sometí a nadie y que tengo
un amigo llamado Sergio K (desde hace 15 años) pero nunca fui su acompañante
terapéutico ni participó en ningún Taller que coordiné, nunca lo
hice llorar y menos maltraté. Él está al tanto de este Blog e indignado también pero no puede hacer nada ya que esta persona que lo creó elimina los
comentarios que lo desmienten y me defienden.
La dinámica de trabajo
del Taller Literario que coordinaba era leer un texto breve (cuento, fábula,
poema, canción, etc...) luego debatirlo y que cada persona expresara algo
en relación al mismo, su interpretación o resonancia personal, verbalmente
y por escrito. Poder reunirnos en lo mismo sin decir lo mismo. El objetivo era
ese. Expresarnos, escucharnos, generar un espacio de encuentro, un
clima de confianza y comunicación. Lejos está de eso maltratar a los pacientes.
Cada uno tenía diferentes formas de “estar” y participaba a su modo. Intentaba
que todos tuvieran más o menos la misma cantidad de tiempo para ser escuchados.
A nadie obligaba a participar.
Podíamos compartir cosas agradables y no tanto, penas y
alegrías. La vida es eso. Y a
mi modo de ver compartir remedia más que medicar.
A lo largo de esos tres años en esta institución leímos
más de 100 textos (de Cortázar, Galeano, Urondo, Soriano, Fontanarrosa,
Felisberto, Borges, Kafka, Wilde, Macedonio, Monterroso, Spinetta, Uhart,
Pizarnik, Hecker, Shua, Bioy, Denevi, Arlt, Girondo, Jauretche, Gelman, etc,
etc) y produjimos más de 600 escritos
Escribir es un recurso
para expresar lo que vivimos, deseamos, imaginamos. Resulta terapéutico porque
descarga emociones, baja la ansiedad, ayuda a comprender mejor una
situación, nos conecta con lo que pensamos y sentimos de nosotros, del otro,
del mundo que nos rodea e intentamos comprender. Sin descuidar el
sentido del humor que tiene que estar incorporado siempre, porque nos ayuda
a aceptar realidades, repararlas, reinventarlas.
Así pasaron muchas
personas por mis talleres trabajando sus historias, recuperándolas e
inventando nuevas maneras de contarlas. Personas que para mí no eran un
diagnóstico ni una etiqueta que designa una enfermedad, sino con personalidades
propias, únicas y distintas entre sí que estaban atravesando una crisis o
saliendo de ella.
Los participantes de
estos talleres no eran gente que se entendía mutuamente con facilidad sino más
bien diversa. Una diversidad que es espejo de lo que hay afuera. Y era un buen
ejercicio escucharnos, conocernos un poco más intentando no juzgar al otro,
tolerando las diferencias, sin negarlas ni demonizarlas como solemos hacer en
nuestra sociedad de “cuerdos”.
Ninguna Institución para
la Salud Mental es perfecta porque la Sociedad está enferma (de intolerancia,
individualismo, codicia). El
lugar que se le da al padecimiento psíquico en nuestra cultura occidental
capitalista es de exclusión. Existen diferentes
tipos de Psiquiátricos, mejores o peores, públicos o privados (hospitales,
clínicas) pero el Psiquiátrico en sí como Técnica es un encierro que controla a la vez que
ignora, vigila a la vez que abandona y reprime a la vez que desprotege. Se aísla a la persona de sus vínculos y se la
anestesia con drogas con el objetivo de demostrar que está enferma. Hay un gran
negocio detrás que son los Laboratorios de medicamentos psicofarmacológicos. Entonces,
en esta sociedad de “cuerdos” se excluye
y reprime al loco primero por miedo y después por intereses económicos,
políticos y culturales.
Un Hospital de día como SUMA es otra cosa porque el
tratamiento es ambulatorio, suele haber una familia más contenedora detrás y los pacientes sólo
pasan
allí algunas horas realizando actividades terapéuticas grupales que apuntan a
la recuperación y reinserción.
Entré como
Tallerista en una Clínica Psiquiátrica cuando aún cursaba Tercer año de
Psicología en la UBA. Paralelamente también seguía formándome en
distintas ramas del arte (teatro, música, plástica, escritura). Me pasó
que empecé a identificarme más con los artistas que con los psicólogos. A los
dos años de trabajar allí abandoné la carrera y seguí coordinando talleres cuatro
años más.
Durante 5 años
edité una revista “De Atar” donde publicábamos notas, escritos y dibujos de
pacientes que invitaba a “impacientar” “despabilar” en mis talleres.
Escribimos y
actuamos una obra de teatro, se formó un grupo de música llamado “Escarabajo”,
exponíamos nuestros dibujos, caricaturas, pinturas, máscaras, organizamos un
coro, fiestas, recitales. Fueron años de compartir muchas alegrías y penas con
personas que estaban atravesando situaciones de crisis o que simplemente fueron
encerradas por estar en algún momento funcionando con un modo de
conciencia distinto, otra cosmovisión de mundo e interpretación de la realidad.
Actualmente no trabajo más dentro de Instituciones pero
sigo militando para la Salud Mental de la Sociedad con el Show de Marta desde
hace tres años y medio, una experiencia en ARTE e INCLUSIÓN SOCIAL junto a mi querida
amiga Carolina.
Malena
Moffatt